Quizá sea éste el post más esperado de este blog, ya que llevo deseando escribir estas palabras desde hace mucho tiempo: SOY FINISHER DEL GTP 2012!!!
Salimos temprano, a eso de las 6:00 h. de la madrugada, toda la pandilla junta, Paco, Migue, Manuel, Fernando y yo. LuisMa corría en el TP60 más tarde.
Vamos en grupeto hasta el comienzo de la subida fuerte a La Maliciosa, km. 8 de carrera. Comienza a apretar la pendiente y cada uno coge su ritmo. Yo conozco la subida del año pasado, así que me la tomo con calma. Cuando me quiero dar cuenta, estoy en la cima, han pasado los primeros kms. volando, y ya estoy a 2.229 mts. de altitud. Picamos el control, meadita y seguimos…
Ya voy solo, comenzamos una bajada salvaje de unos 300 mts. de desnivel, hasta llegar al Collado de las Vacas, donde se suaviza la pendiente y se puede correr por un sendero espectacular, con vistas a todo Madrid. Transcurren los kms. de bajada entre senderos de este tipo alternando con algún tramo de pista, y cuando me quiero dar cuenta estoy en Canto Cochino, km. 18, primer avituallamiento y control de tiempo. Estoy genial, y he llegado con 45 minutos de adelanto sobre el cierre del control, perfecto!!!
Allí tuve el placer de conocer a Belén (Pegasus), que estaba de voluntaria en el avituallamiento. Todo un honor señorita, y gracias por el detalle ;-). Me cambio de calcetines, repongo sólidos y líquidos. Cuando me dispongo a seguir mi camino, veo a Manuel y Fernando, que van más o menos bien. Yo parto solo hacia el siguiente punto… VAMOOOSSS!!!
Comienzo a subir por la «Autopista de la Pedriza» hacia el Collado de las Dehesillas. Hace calor, pero nada que ver con el año pasado. Llego al collado y bajada hasta la Hoya de San Blas, kms. 30, la cual se me hace cortísima. Llego al avituallamiento, repongo nuevamente viandas y a seguir. Ahora tenemos una larga y tediosa subida de unos 12 kms. hasta el Puerto de la Morcuera.
En la subida a Morcuera compartimos muchos momentos con corredores anónimos, cada uno con su historia detrás, todas increíbles. Son momentos bonitos, en los que se disfruta mucho de la montaña y de su magia.
Por fin llego a Morcuera, km. 40, con 2 horas y media de margen sobre el cierre. Oleeee!!! Eso me da un subidón de ánimo bestial, ya que a esas alturas el año pasado iba bastante mal, y ahora voy perfecto. Repostamos nuevamente y continuamos.
Comenzamos una bajada muy cómoda hasta Rascafría, bastante corrible, además de preciosa entre densos pinares. Vamos hablando casi todo el tiempo y cuando nos queremos dar cuenta estamos llegando al pueblo, ya que vemos a la gente bañándose en las piscinas naturales del río, qué envidia!!!
Llego al avituallamiento de Rascafría, km. 53, el ecuador de la carrera… BIEN!!!! Allí me espera mi amiga Bego, y comparto unos minutos de charla con ella. Gracias por pegarte el paseo sólo para verme. Allí está la mochila de apoyo, y cojo ropa de abrigo para la noche.
Comienza lo más duro, los kms. más exigentes de la prueba, con más altitud, desnivel brutal y el peor momento de calor del día. Comienzo la subida al Reventón, a mi ritmo, sin pensar demasiado en lo que me queda por delante, y voy disfrutando. El sendero en los primeros kilómetros se hace agradable porque atraviesas grandes zonas de bosque. Los kilómetros finales ya se hacen pesado porque transcurren por una pista forestal sin sombra… y por fin llego al avituallamiento del Reventón, km. 63, punto crítico de mi abandono el año pasado.
Un poco de descanso y a darlo todo, que aún queda mucho. La cuerda hasta Peñalara se hace dura y larga, y finalmente se vislumbra la cumbre del pico más alto de la carrera a lo lejos.
Atravieso los peores momentos, el calor, la altitud, los kms…. todo te va mellando, y el coco a veces me juega malas pasadas. Me paro unos minutos, tomo un gel y pienso que llevo mucho recorrido, que tengo una familia increíble que me apoya, y que gracias a ella estoy en este sitio, que tengo mucha suerte de estar aquí y que han sido muchos meses de sacrificios. Como un chute de glucosa en vena, hago la última parte de la subida muy bien, contento, más animado y a ratitos emocionado.
La parte final y ya estamos en el pico….
He coronado Peñalara… km. 70, siento una alegría enorme. Me paro a contemplar lo que llevo recorrido y no me lo creo. El paisaje es realmente grandioso, y pienso que ha merecido la pena llegar hasta aquí, aunque sólo sea para contemplar el paisaje que tenemos a nuestros pies.
Me encuentro muy bien, pero no quiero enfriarme mucho y comienzo a bajar dirección a La Granja, una bajada en su primera parte bastante técnica y peligrosa. Aún quedan horas de sol y hay que aprovecharlas.
En esa primera parte sufro una caída sin consecuencias, de la que me repongo rápidamente y sigo mi camino. Llego a una pista en la que corro bastantes kms., alternándose con un sendero precioso que atraviesa laderas tapizadas de helechos, espectacular…
Llego a La Granja, km. 80, sólo a 30 kms. de meta!!!!! Me encuentro de maravilla, sin calambres ni con dolores importantes. Allí nos dan un caldito, pasta, queso, jamón… y esa comida el estómago la agradece, al estar tantas horas con barritas, geles…
Ese avituallamiento es bastante peligroso, pq te enfrías y luego cuesta mucho seguir, hay que tener mucha cabeza todavía. Justo delante nuestra aparece un autobús para recoger a los que han abandonado, y en 10 segundos prácticamente se llena… qué tentación!!!
Ahora viene la parte más agradable de la carrera (según la organización, jeje). Ya es de noche, son los frontales encendidos. La prueba transcurre por una pista en sus primeros 10 kms., siempre paralela al río Eresma. Es un paseo espectacular, bajo un pinar frondoso precioso. Una pena que al ser de noche no podamos disfrutar del recorrido en toda su plenitud.
No se llega a hacer pesado, y tras casi 2 horas llegamos a La Casa de la Pesca, km. 90, ya queda menos…. Sigo pletórico, perfecto, con muchas ganas de seguir. Tras el avituallamiento encaramos la parte final de la carrera, con una subida al Puerto de la Fuenfría bestial, nunca terminaba y cada vez se hacía más empinada la cuesta.
Con mucho esfuerzo coronamos el puerto y descansamos en una fuente que lleva el mismo nombre que el puerto.
Ya está hecho, ya no queda nada…. ahora transitamos por el camino Schmid, 6 kms. hasta llegar al Puerto de Navacerrada, último avituallamiento de la carrera a 10 kms. de meta. En estos kms. el sueño me va ganando terreno, y me quedo casi dormido andando. Chute de cafeína y seguimos!!!
La carrera ya es una fiesta, contando chistes, riéndonos de tonterías… y ya estamos en el avituallamiento del puerto, km. 101 (bonito número). Última recarga y vamoooossssssss!!!
Ya sólo queda la subida al Collado de Navacerrada por una pista agradable, y bajada al Valle de La Barranca. La bajada se hace dura por el desnivel, ya que las piernas están muy castigadas, y una vez en el valle enlazamos con la pista y disfrutamos sin presión de los últimos kms., amaneciendo…
Es ahí cuando te empiezas a dar cuenta de lo que acabas de hacer, 110 kms., 10.000 mts. de desnivel acumulado, 25 horas y 43 minutos de carrera… impensable hace muy poco tiempo.
Y ahí es cuando te acuerdas de la gente que quieres y que te quiere, de tu familia, amigos, compañeros de aventuras… y les agradeces a todos en tu interior que hayan creído en ti, que te hayan apoyado con todas esas llamadas y mensajes. Gracias a todos!!!
Gracias Peñalara!!!
Y gracias sobre todo a mi gran amigo y entrenador Javi, ya que él me ha sabido llevar poco a poco por la senda del trabajo, de la constancia y el sacrificio, para poder afrontar una prueba de este calibre.
Y gracias a él he crecido como corredor, y sobre todo como persona. Gracias de corazón!!!